Dr. Julián Germán Molina Carrillo.
Por fin este uno de marzo, dieron inicio oficialmente las campañas electorales hacia la elección del 2 de junio, para quienes aspiran a la presidencia de la república, diputaciones federales y senadurías; en un ambiente tenso por la crisis de inseguridad que azota a una tercera parte de los estados del país con un incremento en la tasa de homicidios dolosos, desapariciones, desplazamiento de pobladores de las comunidades que se quedaron en medio de la guerra de los carteles por los territorios, así como la ola migrante que sigue llegando al sur del país y que busca la frontera con los Estados Unidos para alcanzar el sueño americano.
Señalo que dieron inicio las campañas de manera oficial, porque desde antes de las precampañas de candidatos únicos y lo que le precedió con la elección interna de los candidatos por los partidos políticos, los mexicanos llevamos ya más de un año, siendo testigos de los millonarios gastos y dispendio de recursos que se utilizaron en dichos procesos al margen de la ley y que finalmente no investigaron y sancionaron adecuadamente, debido a que el INE actual y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se encuentran mermados, a pesar de que resistieron la intentona del presidente de lograr su desaparición y que sin embargo hoy se encuentran controlados por una presidenta del INE afín al presidente López Obrador y una presidenta del Tribunal electoral también al servicio de Morena y sus aliados; lo que significa que los candidatos de la oposición representados por los partidos PRI, PAN y PRD, van a una elección en clara desventaja, porque los árbitros de la contienda ya dejaron ver de que lado están sus preferencias y compromisos de apoyo.
Si a lo anterior sumamos, el hecho de que el presidente anunció en días pasados, que durante la veda electoral que prohíbe a su gobierno realizar actos públicos y difusión de programas que puedan influir en las campañas y beneficiar a algunos de los candidatos, se dedicará a hacer giras por todo el país para supervisar obras y avances sin que ello implique que intervendrá en el proceso.
Quién crea la retórica presidencial, en el sentido de que se abstendrá de hacer campaña a favor de la candidata de Morena y que sólo va a viajar por todo el país, para supervisar obras, es porque no lo conoce o porque cree que respetará las leyes electorales como todo un demócrata, lo que durante su mandato no ha hecho, sino por el contrario nunca en la historia del país, había existido un presidente que recibiera tantas sanciones por parte de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, por conductas como el referirse personajes y partidos políticos durante sus conferencias mañaneras, con el finde influir en las preferencias electorales, hacia el proceso electoral del presente año. Uno de los principales argumentos del presidente, para insistir en hacer declaraciones a favor de Claudia Sheinbaum durante sus conferencias matutinas, es la defensa de su gobierno y el hecho de que en su quinto informe de gobierno no sólo él, sino varios de sus funcionarios incurrieron en expresiones en contra de otros partidos políticos, por lo que el el presidente, rechazó la creación del catálogo de sanciones electorales ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al INE.
Aún así, en mi opinión, no existe poder constituido, ni organismo que sea capaz de frenar el proselitismo del presidente, quién seguramente continuará realizando actos y reuniones para impulsar las preferencias en favor de su candidata y partido, sino al tiempo lo constataremos.
La denuncia pública de la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez, en el sentido de que enfrentará una elección de estado, donde todo el aparato del gobierno federal y los 22 gobernadores de Morena en los estados del país, activarán su maquinaria electoral y el uso de los recursos y programas públicos, para hacer ganar a la candidata a la presidencia de la república y a las Cámaras de diputados y senadores, para lograr obtener la mayoría calificada en ambas, a fin de poder aprobar las reformas constitucionales del denominado plan C del presidente en la siguiente legislatura, es el objetivo más importante de Morena y sus aliados.
Por el lado de la coalición Fuerza y corazón por México, cuya candidata desde ahora las encuestadoras que sirven a los intereses de la 4T, colocan 30 puntos debajo de la candidata oficial, el camino se ve difícil y complicado, porque debe remontar dichos números y lograr convencer a los electores indecisos que definirán los resultados de la elección del 2 de junio próximo.
Aunque al final, ante la fuerza que dan a Morena y aliados, los programas del bienestar del presidente dirigidos a adultos mayores y becas a jóvenes, parecen que tendrán un peso de gran importancia a favor de los candidatos oficiales, no se descarta el hecho de que la coalición opositora, impulse una propuesta de voto diferenciado para evitar que la 4T logre alcanzar la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, para que se aprueben las reformas impulsadas por AMLO para garantizar se lleve a cabo el segundo piso y continuidad de su gobierno ahora en manos de Claudia Sheinbaum.
Por lo pronto amable lector, lo invito a poner sus cinco sentidos a la guerra de ataques, descalificaciones, denuncias y escándalos que estamos por vivir en el período de la campaña electoral, sin descartar la violencia y asesinatos de candidatos en las zonas del país, donde los carteles destinarán recursos económicos para imponer a sus candidatos, sin que nada, ni nadie pueda impedir que sigan imponiendo su ley y controlando gobiernos afines a sus intereses.
*Director fundador del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.